Tosiendo y revolviéndome entre mocos, mientras el universo ronca, aquí estoy, dispuesto a empezar con esta actividad tremendamente cool que es esto del blogging (que cool es todo lo que lleva doble consonante y acaba en ing, que no?).
Bastará una pequeña presentación innecesaria por innecesaria, ya que nos conocemos desde hace años aunque tú todavía no lo sepas (o no te hayas dado cuenta). Soy un tipo que se dedica a ensuciar, enturbiar, mejor dicho, los sueños alegres de todos aquellos que no miran bien las fotos de los periódicos y no se dan cuenta del desenfoque gaussiano en los increpantes de Mariano Rajoy cuando lo del Prestige. Pero sin amarguras, que no vienen haciendo falta, que bastante mal hay en el mundo y demasiados vídeos de decapitaciones iraquíes rulan de móvil en móvil de adolescente.
Aquí hemos venido para contaros las cosas feas de una forma en la que os sienten bien, así como abicarbonatadas. Para que la risa o sonrisilla surja cual eructito párbulo (preconsciente, vamos).
Sin más, arrancamos.
Gracias por leer.